ELEMENTOS BASICOS PARA COMPRENDER A NUESTRO PERRO por Pablo Capra, etólogo y director de la escuela de adiestramiento canino SELVA
Parte I
En este resumen voy a
tratar de guiar a aquellas personas que quieran comprender mejor a su mascota,
de este modo lograrán una mejor comunicación con ella, y por consiguiente una
convivencia mas tranquila y amena.
Debemos tener en claro
que nosotros, los seres humanos, tenemos como principal medio de comunicación
el lenguaje hablado. Los perros, en cambio utilizan, quizás, el más antiguo
medio de comunicación del cual se tenga conocimiento, el lenguaje corporal.
Son una serie de
posturas, actos y expresiones que nos
indican lo que trata de comunicar con nosotros el animal.
Muchas veces
atribuimos equivocadamente conductas indeseadas de nuestro perro, las
atribuimos a ‘’caprichos’’, ‘’carácter’’ etc., cuando realmente no estamos
interpretando bien lo que nos quieren comunicar, y en la mayoría de los casos,
somos nosotros los que emitimos un mensaje incorrecto o confuso para el animal.
En este texto
tocaremos las pautas básicas de la sociedad canina y del individuo dentro de
ella. Veremos también los tipos de conducta que siguen los perros para
comunicar o transmitir para con los demás miembros de la familia.
Trataremos de orientar
al lector para que logre transmitirle al perro lo que se pretende que haga o
deje de hacer, etc.
El Perro
No voy a extenderme
sobre los posibles orígenes de la integración entre perro y ser humano, solo
haré un rápido pasaje para entender mejor a quien tenemos en casa.
El perro convive con
el ser humano hace aproximadamente 15 000 años. Estudios recientes indican que
humanos y perros conviven hace unos 60 000 años.
Desde el principio de
esta convivencia el ser humano buscaba ciertas características en los perros,
siempre buscaba que el animal desempeñe alguna función que le sea útil. En
aquella época el perro servía para alertar a los humanos de la presencia de
otros depredadores en la zona. Los humanos fueron buscando caracteristicas
particulares en los perros, los de mayor tamaño y desconfiados servian para
cuidar, los más agiles para cazar, etc.
Esto, en resumen,
explica el porque de tanta variedad de razas dentro del mundo canino.
Al ser elegidos para
cumplir diferentes funciones no todas las razas son iguales, no se comportan de
la misma manera. Pero hay algo, que les viene de fábrica a los perros que los
hace idénticos, sea el ejemplar un Gran Danés o un Chihuahua.
Algunos lo llaman
instinto, y yo voy a usar ese término porque creo que es el que mas se ajusta a
lo que queremos explicar.
Todos los perros son
seres gregarios, tienen un orden social jerárquico, por lo general encabezado
por un macho líder, y en ocasiones un macho y una hembra, ambos lideres.
Todos los perros
responden a este orden, y si nada interfiere en su socialización temprana,
absolutamente todos los perros respetan un patrón conductual que hace que la
comunicación se establezca en orden dentro de la manada.
Un ejemplo muy fácil
de ver en las mandas de lobos, que aunque existen algunas diferencias con
respecto a nuestros perros, estos respetan el mismo patrón de sociedad.
Dentro de la manada,
cuando el macho dominante vuelve de una cacería, o de una ronda y se acerca a
la manada, inmediatamente, aquellos ejemplares jovenes que le siguen en
jerarquía se acercan como a saludarlo, lamiéndole la cara, girándole entorno,
algunos adoptan posturas de sumisión, etc. Esto explica el porque, cuando
nosotros llegamos a casa luego de un día de trabajo, o incluso luego de estar
ausentes por breves periodos de tiempo, nuestros perros nos vienen a ‘’hacer
fiesta’’.
Bien, estas conductas
nadie se las enseña a nuestro perro, nacen con ellas, quizás las perfeccionan o
las moldean en la etapa de la impronta (entre la cuarta y octava semana de vida
aproximadamente), pero no son actitudes aprendidas.
Tenemos que tener en
claro que el perro se maneja socialmente por las jerarquías, si no encuentra
alguien que sea líder, su instinto, automáticamente le dirá que es él quien
debe tomar las riendas del grupo, y esto, para cualquier líder representa mucha
responsabilidad y estrés.
Por este motivo
debemos comprender bien el lenguaje corporal del perro, para de este modo saber
interpretarlo y saber comunicarnos con él, darnos a entender.
Antes de pasar a los
siguientes puntos quiero aclarar esto de las jerarquías entre seres humanos y
perros.
Cuando hablamos de
jerarquías hablamos de un rango, una escala, donde nosotros somos los
administradores de la sociedad, por ende de los recursos, llámense: comida,
juegos, atención, etc.
Esto no significa que la
relación debe convertirse en una dictadura, esto significa que los limites y
las pautas las ponemos nosotros, pero siendo conscientes y actuando en la justa
medida, tanto en el castigo como en los premios.
De nada sirve ser un
jefe tirano, esto puede dar resultados a corto plazo, pero inhiben seriamente
al animal logrando una conducta paralela indeseada.
Demás está aclarar que
el maltrato físico es contraproducente, innecesario, injusto y deplorable.
Por lo tanto se trata
de ser el ‘’jefe ideal’’ de nuestros perros, aquel que recrimina cuando se hace
algo inapropiado y luego educa y corrige, y aquel que premia las buenas
acciones, todo en la medida justa, respetando ciertos tiempos, espacios y
actitudes que son naturales para el perro.
Desde el primer día en casa
Por lo general cuando
traemos un cachorro a casa este tiene una edad de 45 dias aproximadamente.
Es una edad crucial en
la vida de nuestro perro, y diría la más importante, porque dependiendo de cómo
sea tratado y educado ese perro dependerá su conducta por el resto de su vida.
Debemos tener en
cuenta que la educación con el cachorro empieza desde el momento que pasa la
puerta, desde la primera noche, el primer contacto.
En esta etapa el perro
es un receptor total, asimila todo, por eso es que debemos esforzarnos y centrarnos en esta etapa para no
lamentarnos mas tarde.
Con apenas 45 dias ese
cachorro buscará su lugar dentro del grupo, tanteará los limites, verá hasta
donde puede llegar, explorará el territorio nuevo, al cual mas tarde
identificará como suyo, aprenderá a interpretar los movimientos corporales de
todos y cada uno de los integrantes de su familia, se adaptará a nuevos
horarios de comida, nuevos ruidos, olores, movimientos, etc. Que hasta hace
poco le eran totalmente nuevos.
En esta etapa no
podemos descuidar el afecto hacia el cachorro, la determinación de los límites,
etc. De aquí en adelante se empezará a formar nuestro perro.
En algunos casos los
cachorros son apartados de su madre a muy temprana edad (antes de los 45 dias)
y esto genera una serie de complicaciones de conducta en el animal.
Es importante respetar
estos tiempos, un perro que crece hasta por lo menos los 60 dias con la madre y
los hermanos es un perro que recibió una cuota invalorable de socialización con
sus semejantes, esto implica que también respeta un orden, recibió castigo por
acciones indebidas por parte de la madre y tuvo esa dosis de amor maternal que
solo puede dar la naturaleza.
Es importantísimo
respetar estos tiempos ya que es determinante para el futuro comportamiento del
animal.
.El juego
Para el cachorro el
juego es una suerte de escuela de la vida, es donde aprende a conocerse, donde
interactúa, donde explora, etc.
Para nosotros es muy
importante jugar con el cachorro porque además de darnos una dosis de alegría y
felicidad, también nos puede servir para enseñarle ciertas cosas que se pueden
hacer y otras que no.
En los seres humanos,
cuando niños, la exploración del entorno se caracteriza por tocar todo y
llevarse a la boca todo lo que encuentra. Bien, en el cachorro pasa más o menos
lo mismo, el perro explora todo con la boca, trata de morder todo lo que
encuentra.
Muchas personas se
lamentan al decir que sus perros, a la hora del juego, son tremendamente
bruscos, y con esos dientes tan finos y puntiagudos logran lastimarlos.
Pues bien, este es un
punto básico para empezar a poner limites.
Tenemos que tener en
claro que si ese cachorro estuviera con su madre en ese momento y decidiera
jugar, la madre no siempre le prestaría la atención al juego.
El cachorro puede
tomar la iniciativa a la hora de empezar el juego, pero es la madre, por lo
general, la que decide verdaderamente cuando empieza el juego, así como también
cuando se termina.
También es la madre la
que reprende al cachorro si este le ocasiona dolor, por lo general cuando esto
pasa, la madre se levanta y se aleja ignorando al cachorro, en algunas
ocasiones, ante la insistencia del cachorro la madre puede incluso reprimirlo
en forma agresiva, lógicamente sin causarle algún daño físico.
Por lo general, en
esta etapa del cachorro, la indiferencia basta para que cese el juego.
Entonces nosotros, al
igual que la madre del cachorro, cuando el juego se torna demasiado brusco o
doloroso nos alejamos y lo ignoramos, pudiendo acompañar la acción con alguna
palabra: ‘’NO’’, de forma que vamos enseñando al cachorro que el ‘’NO’’
significa, ‘’no me gusta lo ultimo que hiciste’’.
Como pasa también
entre el cachorro y su madre, nosotros podemos permitir, a veces, que sea él
quien inicie el juego, obviamente si adherimos es porque estamos de acuerdo, o
sea que básicamente estamos diciéndole que puede jugar con nosotros, así que no
hay ningún problema con la jerarquía en estos casos, siempre y cuando sea, a
veces y no siempre.
La comida
Uno de los principales
problemas de conducta por los cuales se lamentan las personas es porque el
perro gruñe o muerde cuando está comiendo, y erróneamente atribuyen esto a que
el perro es agresivo. Vamos a ir nuevamente a los lobos para explicar mejor este
tema.
En los lobos, como ya
dijimos, existe una jerarquía social. Al momento en que los lobos se disponen a
realizar una batida de caza es siempre el macho dominante quien dirige la
orquesta, es quien toma la iniciativa a la persecución, quien decide el rumbo a
seguir y la presa, y por lo general es quien da persecución a la misma, los de
rango mas bajo se encargan de realizar la tarea de sustento, logran hacer una
especie de red invisible, en forma de ‘’U’’ donde ellos van rodeando a la presa
a la distancia, de este modo el líder siempre tiene a su presa delante, en el
centro del triangulo.
Una vez abatida la
presa el primero en comer es el macho dominante, si la presa es muy grande,
este permite que otros lobos o lobas disfruten el banquete al mismo tiempo, en
estos casos las jerarquías reducen su espacio efectivo, es decir: Un lobo
dominante jamás podrá aplicar la jerarquía a un lobo que se encuentre a 50
metros comiendo una presa cazada por si mismo, o sea la jerarquía está
directamente relacionada con el espacio físico y es inversamente proporcional
con este.
Por lo tanto, al
momento de la comida, luego de abatir la presa, la jerarquía se limita
básicamente a lo que se llama comúnmente como ‘’distancia critica’’. Es un
espacio en el que el lobo hace respetar su jerarquía y por el alimento, puede
variar pero por lo general son como 40 cm. De distancia. Es decir que aun
siendo el macho Alpha, su jerarquía es inaplicable en ese momento más allá de
esa distancia. Esto a groso modo.
Bien, ahora volviendo al
cachorro, cuando está comiendo, y nosotros nos acercamos, nótese que mas corta
la distancia que nos separa y mas tenso se pone el animal, esto porque nos
acercamos mas a la ‘’distancia critica’’.
A los 45 dias algunos
cachorros ya manifiestan la agresividad natural para defender lo mas preciado
para su especie, el alimento’’, otros no.
Cuando traemos un
cachorro a casa es el momento ideal para modificar eso que le vino de fábrica a
nuestro perro.
Lo mejor es
acostumbrar al perro al contacto mientras come, esto no significa que tengamos
que torturarlo mientras está comiendo, pero si debemos habituarlo al contacto,
a la manipulación de su alimento, a esperar a que demos el visto bueno para que
empiece a comer, esto por lo menos durante el primer año de vida, dependiendo
la raza.
Básicamente haríamos
lo que es natural para ellos, decidimos cuando comen y obviamente comen una
justa cantidad, pero aquí modificamos la ‘’distancia critica’’. Un dominante no
puede acercarse a un sumiso a quitarle el alimento sin que el sumiso defienda
lo suyo, es decir, por más jerarquía que haya, el sumiso, de ser necesario
defenderá su alimento con la agresión. Es muy probable que el dominante
terminará quedándose con el botín, pero no sin recibir agresión, cosa que no
funciona así cuando no hay alimento, a ningún macho se le ocurriría contradecir
al dominante, a menos que sea hora de un cambio de líder.
Lo que nosotros
hacemos es disminuir o borrar la distancia crítica en el alimento, luego con la
práctica, el cachorro se dará cuenta que nosotros nos acercamos pero nunca le
quitamos el alimento, entonces no hay nada que temer.
Los limites
Los límites los
ponemos nosotros porque de ninguna manera pretendemos que el dueño de la casa y
cabeza de la familia sea el perro, por consiguiente todos y cada uno de los
integrantes de la casa son los que se encargan de marcarle los límites al
perro.
Debemos enseñarle al
cachorro que hay una serie de cosas que no se pueden hacer de ninguna manera,
también se le puede enseñar que hay cosas que se pueden hacer solamente cuando
le viene permitido.
No estamos aquí para
explicar como hay que hacer para enseñarles determinadas acciones, así que
pasamos directamente a lo nuestro.
Cuando el perro se
sube a la cama, cosa que para muchos puede ser algo muy tierno, tenemos que
entender porque lo hace. No es solamente un lugar cómodo y mullido.
Para explicar esto
recurrimos nuevamente a los lobos. Dentro del territorio que ocupa una manada
cada individuo posee un espacio propio que al igual que el alimento es
prácticamente inviolable. Ningún lobo sumiso que respete su vida se atrevería a
acostarse en el lugar que le pertenece al macho dominante, sobre todo cuando
este ultimo se encuentra a la vista.
Con los perros pasa lo
mismo, si le permitimos que suba a la cama estamos distorsionando la jerarquía,
a menos que, nosotros decidamos cuando se sube y cuando se baje, y en nuestra
ausencia el perro no se suba.
Como para algunas
personas esto es algo que no piensan dejar de hacer entonces les aconsejaría
que enseñen al perro a subir y a bajar cuando se le ordena, para evitar
inconvenientes. Queremos que el perro se suba a la cama y no nos molesta que lo
haga en nuestra ausencia?, pues bien, al menos debemos enseñarle que nosotros tenemos que darle la aprobación para
que pueda subir y la orden para que baje.
Esto se aplica
obviamente para otros lugares o muebles.
Para aquel que viva en
una casa con patio y jardín lo mejor es que, así como cada integrante de la
familia humana tiene su propio espacio, el perro también tenga el suyo, y este
por lo general debe ser afuera, también aquí pueden haber excepciones por
varios motivos, raza, enfermedades, clima, etc.
Partiendo de lo común,
la gente adentro y el perro afuera. El perro debe entender que él se encuentra
en el jardín, que es nuestro territorio, y que prácticamente se le concede ese
lugar para que viva. De ninguna manera el perro debe considerar ese lugar como
un espacio totalmente suyo, porque si existen problemas de socialización o
jerarquías, cualquier cosa que entre en ese territorio seria considerado como
un intruso y esto comportaría una respuesta agresiva naturalmente lógica por
parte del perro.
En las manadas de
lobos el espacio se distribuye de la siguiente manera. Al centro del territorio
existe una zona en la que son los líderes los que tienen derecho a estar, y en
ocasiones también están permitidos los individuos que les siguen en orden
jerárquico. Cada individuo, dentro de este territorio tiene un lugar de reposo.
A este territorio
ocupado por los lideres y demás se le llama ‘’hogar’’.
Fuera de este se
encuentra un territorio muchísimo mas amplio, que por lo general es donde se
encuentran los lobatos y los demás individuos. Esto para explicarlo de forma
clara y fácil.
Entonces llevando este
ejemplo hacia el perro en la casa, nosotros vivimos en nuestro hogar y el perro
en el territorio adyacente, a veces se le permite entrar en nuestro lugar, pero
su territorio es nuestro, vive en lugar prestado.
Entonces decimos que
el perro pasa la mayor parte del tiempo en el pedazo de territorio que le
prestamos nosotros (el jardín), y que el ingreso a la casa es un permiso que le
concedemos y no un derecho adquirido.
Con ejemplares con
dotes de dominancia altos y con algunas razas esto es fundamental para reforzar
nuestro liderazgo.
El cachorro se hace adulto
Luego de 10 meses de
convivencia nuestro cachorro ya tiene un año de vida, aprendió las reglas de la
nueva casa y de la nueva familia, aprendió también a interpretar nuestras
señales corporales, nuestros tonos de voz, cuando estamos enojados, contentos, en
desacuerdo, los movimientos rutinarios, los ruidos, olores, etc.
Y ahora se encuentra
por pasar a su etapa de madurez (en algunos perros puede tardar mas, en otros
menos, también dependiendo la raza).
Para los machos esto
significa escalar en el rango jerarquico, y es muy probable, dependiendo el
ejemplar y la educación que haya tenido, que intente desafiar al dueño de casa,
o ampliar su margen de acción, o subir una escala en el rango.
Repito, depende la
raza, el individuo, y como haya sido criado.
Si hacemos todo como
se debe las posibilidades de que esto ocurra son muy pocas.
Para las hembras es la
etapa en la que empieza el ciclo natural de la fertilidad.
Por lo general, en
esta etapa las hembras tienden a apaciguar sus comportamientos de cachorra,
tienden a ser mas tranquilas y sumisas, obviamente dependiendo el tipo de
educación que hayan recibido.
Los machos en vez
tienden a ser, si se quiere decir ‘’orgullosos’’, las hormonas juegan un papel
importante y se sienten, como todo adolescente, invencible y capaz de todo,
esto en algunas razas lo notamos con mayor claridad que otras.
Pero existe algo que
se llama ‘’neotenia’’ que es el mantenimiento de ciertas conductas que se
tenían de cachorro, como el juego por ejemplo, que hacen que la especie canina
mantenga una parte de si como si fuera un cachorro durante toda su vida. En
algunas razas esto es mas notorio que en otras; es comun ver un labrador de 8 o
10 años jugar como cuando tenia 1 año y es muy raro ver un Mastin jugando a los
6 años de edad. Existen razas donde esta caracteristica es más evidente y
justamente esas razas son las que tienen un mejor desempeño en el
adiestramiento de cualquier tipo, labrador, golden, Border collie, ovejero
belga, ovejero aleman, etc. Y para nosotros esto es algo muy importante ya que
nos permite aun por medio del juego seguir enseñándole al perro aun de adulto.
Parte II
Cómo entenderlos y hacernos entender
Hoy en día existen dos
corrientes que explican, a su modo, como funciona la mente del perro. Por un
lado tenemos el conductismo y por otro el cognitivo-emocional.
El conductismo es
aquella corriente de la psicología que dice que todo lo que hacen los perros lo
hacen por condicionamiento, osea no es mas que una serie de reflejos
condicionados aprendidos. Tienen conductas instintivas y otras condicionadas.
En su momento esto
servia, y sirve para explicar muchas cosas sobre el comportamiento canino.
El conductismo
sostiene que el perro no piensa, que funciona como una especie de computadora
donde todo se encuentra pre- programado.
Por otro lado tenemos
el cognitivo-emocional que contrario al conductismo sostiene que los perros
piensan, son seres inteligentes y pueden aprender situaciones nuevas y usar la
experiencia para resolver situaciones nuevas pero desde el pensamiento y no
solo desde la mecanicidad.
Sostiene además que
las emociones juegan un papel importantísimo en el aprendizaje del perro y la
posterior ejecución de las normas aprendidas.
Es decir considera al
perro como un ser que entiende, aprende y resuelve problemas a su medida y a su
forma. No haciendo comparación con el ser humano, pero dejando muy en claro que
no se trata de una maquina pre- programada.
Para que el perro nos
entienda primero debemos entenderlo nosotros.
Si bien muchos perros
logran asociar palabras con acciones, e incluso varias palabras unidas, no entienden cuando les hablamos, por
más cara de serios que pongan, y a nosotros nos parece que verdaderamente nos
entienden, esto no es así.
Entonces como nos
entendemos con nuestro perro?. De la misma manera como él se entendería con sus
similares pero realizando algunas modificaciones.
La memoria en los
perros no funciona del mismo modo que en los humanos. Nosotros tenemos un tipo
de memoria a la cual podemos recurrir para no cometer los mismos errores, en
los perros funciona en forma parecida, es decir: Si llegamos a casa y vemos un
zapato destruido por el perro, es inútil querer castigarlo o retarlo, o
refregarle el zapato en la cara al perro gritándoles de todo y maldiciendo
porque era el par de zapatos nuevos. Simplemente el perro no tendrá ni idea de
porque nos ponemos así, por mas que vea el zapato y por mas que pueda entender
o no, que haya sido él quien lo rompió.
El efecto negativo que
se puede conseguir con este ejemplo es que el perro relacione nuestra llegada a
casa con el enojo, entonces muy probablemente la próxima vez no venga a
recibirnos cuando entremos en casa.
Cuando queramos
corregir este tipo de actitudes debemos pescar infraganti al perro, caso
contrario el reto no sirve de nada porque el perro no lo relaciona con la
última acción ejecutada.
El perro es capaz de
distinguir diferentes tonos de voz, aunque se use la misma palabra.
Es decir, cuando decimos
‘’NO’’ significa ‘’eso no me gusta’’, pero también, dependiendo el tono que
utilicemos puede ser informativo para el perro.
Si bajamos el volumen
de voz y mantenemos la calma puede ser un ‘’NO’’ a modo de advertencia. Si
levantamos el tono de voz puede ser a modo de ‘’acá se termina’’, etc.
Es inútil gritarle al
perro, aunque a veces se nos haga imposible, el efecto que queremos lograr no
es el mismo que transmitimos. Al gritarle desaforadamente no estamos haciendo
más hincapié en el reto, sino generando miedo, y esto para cualquier
aprendizaje es contraproducente.
La jerarquía, como
medio de educación solo es aplicable en las conductas instintivas del perro. Es
decir, si lo vemos mordiendo un zapato nada vamos a solucionar ignorándolo.
Por ejemplo: Cuando
llegamos a casa nuestro perro tiene por costumbre saltarnos encima. Si nosotros
lo ignoramos totalmente, continuamos haciendo lo que tenemos que hacer, no
establecemos contacto visual, y una vez que se calma, pasados unos cuantos
minutos, lo llamamos y le hacemos unas caricias, al termino de una semana
lograremos que el perro a nuestra llegada esté tranquilo y no nos salte encima
buscando nuestra atención. Básicamente ignoramos una conducta instintiva que no
queremos que haga, y logramos que el perro entienda el mensaje en su lenguaje.
Sin complicaciones ni castigos de por medio.
Claramente, aplicando
el ejemplo anterior, si en vez de ignorarlo le damos un golpe vamos a lograr lo
mismo y en solo 2 segundos.
Pero con esto
lograremos que la próxima vez que entremos el perro venga con miedo, y lo ideal
de la convivencia, como lo dijimos al principio, es que seamos los
administradores de recursos, además de buenos amigos, y no un dictador cruel.
Recuerden además que
el miedo como condicionamiento es como una bomba de tiempo, que no se sabe
donde, ni como, ni cuando va a explotar.
Y los daños o los
resultados pueden ser más o menos graves dependiendo la raza.
Otro punto importante
a tener en cuenta son nuestras posturas.
Al igual que las
posturas que adopta el perro son importantes para poder entender lo que está
expresando, del mismo modo lo son nuestras posturas para el perro. Debemos
tener en claro esto para poder transmitir sin confusión lo que deseamos que el
perro entienda.
No voy a extenderme en
un sin fin de situaciones, solo dejar en claro los criterios básicos.
Al momento de retar al
perro la postura ideal es la de estar de pie y completamente derechos, bajando
apenas la cabeza para mirarlo. Nunca de rodillas ni bajando a la altura del
perro.
Nunca arrincone al
perro retándolo, siempre tiene que dejarle una vía de fuga.
El perro al sentirse
acorralado va a interpretar que lo que tiene delante es un agresor y al no
tener vía de escape nada mejor que el ataque como defensa.
El reto debe ser
preciso y efectivo en el momento, no sirve de nada seguir enojado con el perro
durante unas horas, esto confunde al animal, porque no tiene ni idea porque
está recibiendo gritos y amenazas.
El castigo, así como
también el premio debe ser acorde a la situación, es importante no exagerar en
ninguno de los dos casos.
Los métodos de castigo
o corrección son muchísimos como para dar ejemplos, lo mejor es contratar un
adiestrador quien nos va a guiar con la corrección y el manejo del animal.
Algo de lo que todos
se olvidan cuando quieren enseñarle algo a su perro es del premio. Lo que enseña
es el premio, no el castigo. El perro aprende para conseguir un premio, a veces
lo hace tambien para evitar un castigo. Pero el premio es lo que realmente
interesa. Preocupate más por buscar el momento de premiar que el momento de
corregir.
Parte III
Quiero aclarar algunos
puntos que hoy en día quizás se encuentran desvirtuados por falta de
información o mal uso de la información.
Al perro, es decir, a
nuestro perro, al de cada uno de ustedes, lo debemos ver de la siguiente
manera: En primer lugar ese perro es un individuo único, tiene características
positivas y negativas que lo hacen diferente a cualquier otro perro del
planeta.
En segundo lugar (si
es un perro de raza) tiene una serie de características físicas y conductuales
que son características de la mayoría de ejemplares de esa raza.
O sea, varían de
ejemplar en ejemplar, pero ciertas conductas o características son una
constante en la raza.
En tercer lugar, ese
perro, si fue criado desde pequeño con nosotros, es el resultado de nuestra enseñanza,
buena o mala. Es decir, que lo bueno o malo que sea ese perro es solamente
responsabilidad nuestra.
El perro no nace
sabiendo que no se debe hacer pozos en el jardín, no nace sabiendo que no se
puede morder un teléfono celular. No nace sabiendo cual de nuestros amigos es
efectivamente un amigo o un intruso, etc.
Está en nosotros
amoldar lo que le viene de fábrica, más lo aprendido, para que logremos estar
en armonía, pero con la forma de enseñar que le sirve al perro.
O sea aplicando el
lenguaje que entiende el perro, no el que entendemos nosotros.
Dicho esto quiero
tocar un tema que hoy en día está tristemente de moda, las razas peligrosas.
Si se entiende como
raza peligrosa a cualquier perro de dimensiones tales que un ataque de este
puede poner en riesgo la vida de algún otro animal o persona, entonces estamos
de acuerdo con el término.
Pero, si por razas
peligrosas se entiende aquellas razas que tienen cierta tendencia a la agresión
hacia el ser humano entonces aquí tenemos mucho para discutir y entrar en
desacuerdo.
Lo primero que quiero
dejar ver es que estas ‘’supuestas’’ razas peligrosas, por casualidades del
destino ‘’seguramente’’, son las razas que se ponen de moda por periodos que
van entre 5 y 10 años, también mas.
Miremos para atrás:
décadas del 60 y 70 Ovejero alemán y doberman, 80’ en adelante rottweiler, 90’
pitbulls, y desde hace ya varios años el Dogo Argentino.
Nótese también la
dimensión de esas razas. Que casualidad que cuando una raza de dimensiones
considerables se pone de moda empiezan a salir noticias terribles en los
diarios. No es que esté diciendo que esas noticias no son ciertas. Digo que son
un claro indicador que cuando una raza como las mencionadas se pone de moda
empiezan las tragedias. Esto nos lleva a un punto.
Como están de moda la
gente compra este tipo de perros porque le gustan o todos lo tienen, etc. No
existe un verdadero interés o necesidad por una de estas razas que los haga
decidirse, simplemente están de moda.
Como están de moda y
todos tienen y todos quieren tener, empieza la oferta y la demanda. Se arruinan
años de selección para mejorar una raza y se pasa a fabricar perros en
cantidades industriales con el único fin de engordar los bolsillos y satisfacer
la demanda, primando la cantidad sobre la calidad.
Al haber mas demanda
bajan los precios, y para bajar los precios hace falta abaratar costos, esto
repercute en la calidad del ejemplar en todo el sentido de la palabra. Esto
obviamente viene hecho por gente que verdaderamente no tiene otro interés para
con la raza que lo económico. Existieron, existen y existirán siempre buenos
criadores, a quienes solo les interesa el bien de una raza y no su economía
personal, por ello siguen trabajando por y para la raza, no para satisfacer las
necesidades del mercado.
Al mismo tiempo se
abre un mercado paralelo de ejemplares sin pedigree, sin una selección
programada y destinada a la mejoría, creando perros muy parecidos, o no, por
fuera y muy distintos por dentro.
Por consiguiente los
precios eran ya bajos, y el mercado paralelo de perros sin pedigree baja más
los precios, entonces muchísima gente puede acceder a tener un ejemplar
cualquiera.
Muchas veces estos
ejemplares caen en manos de personas que no están en grado de mantenerlos
adecuadamente y tampoco de educarlos debidamente, sea por ignorancia,
desinterés, factores económicos, de espacio,
etc.
Muchas personas
también reflejan frustraciones propias en sus perros, logrando crear un animal
terrible, intratable, antisocial y agresivo, que esto es simplemente lo que sus
dueños llevan por dentro o transmiten.
Entonces ocurren las
tragedias y se catalogan las razas según su índice de agresividad, pero no se
tienen en cuenta otros factores. Simplemente se cuentan las cantidad de ataques
producidos, se separan por razas y listo, ya tenemos un informe con valor
oficial.
El tema,
lamentablemente, es muchísimo mas complejo que esto.
No voy a dar un a
explicación de 5 paginas del porque esas razas en realidad no son agresivas por
naturaleza hacia los seres humanos porque creo que esto se sabe hasta el
cansancio. Solamente aclarar, sin tantos estudios, censos, informes etc., que
el simple hecho de que haya un solo ejemplar de estas razas que no sea agresivo
hace que la teoría de las razas peligrosas caiga por si sola.
Al hablar de razas
peligrosas se engloba a todos los ejemplares de determinada raza, en
consecuencia, todos los ejemplares deberían ser peligrosos o peligrosos en
potencia, y esto felizmente no es así.
Que hayan perros
agresivos nadie lo discute, pero deben ser tratados como individuos
particulares, no como pertenecientes a tal o cual raza, porque esto lo único
que hace es agrandar el problema y desviarnos de la solución.
Además, lo que vemos
en las noticias es el desencadenante del problema, pero no el problema en si.
La ley debería ser para ‘’Propietarios Peligrosos’’, seria mucho mas efectivo y
se centrarían las soluciones en aquellos que verdaderamente están haciendo las
cosas mal, o directamente no están en grado de hacerlas bien.
Además, el
sensacionalismo de la prensa ayuda a generar mitos. Hablan del perro como si de
golpe se vuelve loco y ataca. Esto deja ver la falta de información que se
tiene sobre el perro, y la falta de claridad a la hora de dar una noticia
porque obviamente nunca hablan ni hablaran de cómo había sido educado ese
animal.
Estamos acostumbrados
a leer en las noticias solo unas cuantas razas, nunca leemos ataques de perros
medianos o pequeños, las razones son obvias.
Y esto es porque las
exigencias son diferentes dependiendo la raza.
A veces escucho gente
hablar por ejemplo del rottweiler diciendo: ‘’Esas razas no son para la ciudad,
el dogo, el pitbull, el rottweiler, son todas razas de peleas, si quieren tener
estos perros que los tengan en el campo’’.
Fíjense cuanta
ignorancia, cuanto aprenderían si se tomaran 2 minutos en leer.
Otros hablan de los
pitbulls cuando estos atacan a una persona y dicen: ‘’Claro si son perros de
pelea, como no van a salir así de agresivos?’’.
Y lo curioso de esto
es que esos perros, que efectivamente fueron creados para pelear hace ya unos
siglos atrás, fueron creados para combatir entre si, no con humanos.
Otros hablan del dogo
diciendo: ‘’Ese perro es para el campo, esta hecho para cazar, es demasiado
agresivo’’.
Y efectivamente ese
perro es para cazar, al igual que el cocker, los terriers, los setters, los
pointers, braco, labrador, Golden retriever, Beagle, podenco, galgo, Basset
hound, y cientos de etcéteras mas.
El dogo fue hecho para
cazar pumas, jabalíes y zorros, no para cazar personas.
Para que un dogo vea
un jabalí y salga a cazarlo hay que enseñarle.
Siguiendo el criterio
de esta gente se podría pensar que cualquier dogo que ve corriendo una persona
sale a cazarlo inmediatamente.
Es un perro
medianamente grande, muy potente, y con carácter, hasta aquí todos de acuerdo,
pero de ninguna manera puede ser un perro agresivo o malo, sino no podría ser
manejado durante la caza, y mucho menos cazar en grupo con otros perros.
El problema con estas
razas es que es más fácil equivocarse en su crianza, y las consecuencias son
mas graves. Porque es mas fácil equivocarse?, porque son perros que fueron
creados para cumplir tareas que requieren mucho valor, tareas que a veces van
en contra de la naturaleza, como ‘’la falta del instinto de supervivencia’’, de
esto excluyo al rotwailler, y para poder
lograr ciertas tareas o hazañas necesitan tener una valentía, coraje y carácter
que van mas allá del común denominador de las razas caninas y de las leyes de
la naturaleza.
Pero esto no quiere
decir que son perros agresivos o malos.
Cuando son cachorros
son iguales a cualquier perro, funcionan de la misma manera, aprenden de la
misma manera, es aquí donde falla la gente.
Estas razas requieren
de un cierto conocimiento sobre perros y su educación. Requieren de un
propietario responsable y con carácter firme para poder llevarlos bien durante
su primera etapa, de este modo el perro puede llegar a la adultez siendo
perfectamente equilibrado.
Si se detienen a pensar,
un labrador de unos 30 Kg. es capaz de hacer mucho daño o causarle la muerte a
un niño por ejemplo.
Pero que pasa, el dote
de dominancia en la mayoría de labradores machos es muy bajo, y la dosis de
dependencia hacia el amo es muy alta, esto lo hace un perro muy sumiso con su
familia, muy dócil, muy dispuesto a seguir a un líder sin discutir su
autoridad.
Pero, si por cosas de
la vida, ese labrador viene criado de forma tal que hacemos todo mal en su
crianza, ténganlo por seguro que la tragedia no tardaría en llegar.
‘’Labrador ataca a su
dueña’’ no seria una noticia que venda.
Los perros siempre
mordieron, siempre atacaron a las personas por alguna razón. Siempre ha habido
perros problemáticos, lo que pasa es que hoy los números en cuanto a ejemplares
y diversidad de razas son enormes.
Quien no conoció de
chico un ovejero alemán que fuera malo, en el barrio, de algún amigo, un
conocido etc.?. Antes esas noticias no salían en los diarios.
La diferencia entre
ciertas razas malamente llamadas ‘’peligrosas’’ es con la potencia con la que
aplican una agresión.
Fíjense que el
problema es el mismo pero las consecuencias son mas graves.
Los ataques de perros
hacia seres humanos existieron siempre, esto si que no está de moda.
Solo que antes la
gente se equivocaba con un perro mestizo, o con las razas más comunes, hoy en
día la equivocación con ciertas razas se paga muy caro.
Así que viendo esto a
través de los años me pregunto, cual es el factor común?. La mala educación del
propietario, producto de la ignorancia en la mayoría de los casos.
Sin embargo las leyes,
hechas por personas ‘’poco entendidas en la materia’’, insisten en tratar el problema erradicando el
síntoma (o sea las razas) y no el mal que origina este problema (el mal
propietario).
Se tardan años quizás
en hacer un proyecto de ley, es un montón de tiempo y dinero perdido, y para
colmo de males, no es la solución más efectiva, y está también muy lejos de
serla.
Cuado hablamos de
agresividad en los perros automáticamente se nos viene a la mente un perro
agresivo, ladrador, una fiera, malo, que quiere morder, y aquí es donde se crea
en nuestra mente una falsa imagen.
La agresividad está
presente en todo perro sobre la faz de la tierra, un gruñido es una agresión,
una pelea entre machos es una agresión, entre hembras también es una agresión,
ciertos ladridos son agresiones, el perro que se monta las piernas de tus
amigos está demostrando un tipo de agresión.
La agresividad forma
parte de la especie canina, la jerarquía del macho en una manada viene manejada
por la agresión o la intimidación, que es también otra forma de agresión.
Los perros que
protagonizan las tragedias que leemos en los diarios son seguramente perros que
no fueron socializados en el modo correcto, o directamente no estaban
socializados. Son perros que eran los dueños de la casa y la familia. Eran
perros que siendo los dueños de la casa habían crecido siendo engreídos y
mimados hasta el extremo. Y aquí la gente dice ‘’ Pero si lo trataban re-bien,
con muchísimo amor, era un hijo mas, de golpe empezó a ponerse mas y mas malo’’
o ‘’Boby tiene un carácter bien fuerte como todos los dogos, a la hora de la
comida si te acercas te gruñe’’.
Los propietarios no se
dan cuenta que esto es paulatino, en forma ascendente, va de menos a más hasta
que explota. Y cuando explota se preguntan: que pasó con el perro?.
Y la respuesta es muy
fácil: ‘’Con el perro no pasó nada, él está funcionando de la misma manera que
el día que lo trajeron a casa, solo que aprendió a comportarse del modo que le
enseñaron, y responde de acuerdo a como fue guiado también, así que básicamente
el problema no lo tiene el perro, el loco no es el perro.
El exceso desmedido y
mal aplicado de demostración de afecto también es un problema porque tenemos
tendencia a humanizar al animal, a tratarlo como un hijo, a no decirle que no.
Y haciendo esto
estamos diciéndole al perro ‘’Sos el mejor, el mas fuerte, siempre conseguís lo
que querés sea como sea’’, y cuando no lo obtiene por los medios que le son
comunes entonces lo exige, y al no recibirlo lo arrebata, y como lo arrebata?,
agrediendo.
Tenemos que aprender a
enseñar.
El perro debe entender
que ese sillón NO le pertenece, que esa comida NO se la van a quitar, que el
patio o jardín es nuestro territorio, que en el orden social dentro de casa
todos son lideres por sobre él, tiene que saber que una caricia se la damos
nosotros, no la puede exigir siempre él, tiene que tener en claro que sin
nosotros no come, este es uno de los puntos mas importantes de la relación con los
animales de compañía, fue la primera condición por la cual se volvieron
dependientes de nosotros, desde hace 15 000 años, un grupo de lobos dejó de
cazar porque conseguia comida que desechaba el humano, y esos humanos se dieron
cuenta que dándo comida a esos lobos ninguna otra bestia se acercaba a la
aldea, y si alguna lo hacia los lobos aullaban y alertaban.
Fíjense cuan
importante puede llegar a ser el que nuestro perro entienda que depende de
nosotros para recibir el alimento, si el perro entiende esto, nunca morderá la
mano que le da de comer. Si lo hace es porque piensa que el se merece el
alimento. Que su conducta es la adecuada para recibir el alimento.
Entonces si se tiene o
se pretende tener un perro, sea cual sea la raza, y si no es de raza también,
hay que informarse, leer, aprender, es la única manera de convivir
tranquilamente con el perro, es la única manera que tenemos de darle una mejor
calidad de vida, es la única manera de hacer las cosas bien, minimizar riesgos,
y aprovechar todo el potencial de nuestro perro
‘’El nivel de cultura de una sociedad se puede medir viendo el modo en el que tratan a sus animales’’.
P.D.:
Me gustaría dejar en claro que en lo que a agresión se refiere, las causas
pueden ser varias, solo expongo las mas viables para los ejemplos que se
describen.
Las
posibles causas de agresión suelen ser la mala socialización, pero existen
otros factores además del patológico.
Este
escrito no pretende ser un manual jerárquico conductista, solo se tocaron los
temas de conducta que vienen con el instinto del perro, por ese motivo creo que
lo mejor en estos casos es la jerarquización del perro, luego podremos utilizar
otros medios o métodos de enseñanza o de procedimiento para enseñar o
comunicarnos con el animal.
Independientemente
sea cual sea la raza de nuestro perro debemos tener en cuenta que los factores
externos, o sea, nuestra crianza, el ambiente etc., representa un 70% de la
formación del animal, tanto física como en conducta, y la herencia pesa solo en
un 30%.
Motivo por el cual es
determinante la forma como eduquemos a un perro, sea la raza que sea. Cada raza
es diferente, y a su vez, cada perro es único.
Parte V
Un niño llega al hogar
Mucha gente se
pregunta cómo hacer con el perro cuando un nuevo integrante de la familia está
por venir al mundo, como hacer la presentación?, que se puede o debe hacer y
que no, para que las cosas salgan bien?.
Partamos de la
suposición de que ese perro está bien educado, es un perro tranquilo,
equilibrado, etc.
Una vez que llega el
nuevo integrante de la familia se produce un cambio en los movimientos
rutinarios de la casa, nuevos horarios, nuevos ruidos también, nuevos olores,
etc. Y el perro percibe este cambio, no le es ajeno, y por lógica todo esto
también representa un cambio para el perro y despierta su curiosidad natural.
Lo ideal seria no
dejar de darle la atención que venia recibiendo el perro hasta antes de la
llegada del nuevo integrante. Lo que si podemos hacer es ir desorganizando los
horarios de comida y paseo, y tratando de bajar tambien la cantidad de atencion
que le damos, sin dejar de lado la buena crianza obviamente. Esto para que el
perro no sepa el horario de salida o de comida y luego no haya frustracion por
la ausencia repentina.
En esta etapa si se
quiere, y aunque el perro obedezca perfectamente, se puede reforzar la
jerarquía con la comida, con las órdenes, etc. Para asegurarnos que el orden
dentro del grupo no cambió.
Cuando llega el
momento de presentar al nuevo integrante de la familia con el perro se puede
hacer que este ultimo huela, un día antes por ejemplo, alguna prenda de vestir
que haya usado el niño. Esto no es tan necesario porque los olores los llevamos
nosotros a todos lados y el perro percibe esos olores nuevos en nosotros, pero
vale como un refuerzo también.
Al momento de hacer
que ambos personajes tengan un contacto más cercano nunca bajemos al niño a la
altura del perro, nunca. Si se quiere nos quedamos sentados en una silla, con
el niño en brazos, y siempre es el perro que tiene que venir a despejar su
curiosidad, no llevamos nunca al niño para que el perro lo conozca, el niño
está en casa y es el perro quien debe venir a ver de que se trata todo eso.
Con el niño siempre
sujetado con ambos brazos permitimos que el perro se acerque a oler. En este
momento evaluaremos la reacción del perro, si se pone nervioso, si llora, si
insiste en hacer presión con el hocico, si le es indiferente y se va, etc.
No existe un patrón de
conducta que sea correcto o incorrecto en estos casos, lo ideal es que el perro
demuestre interés en el niño, que lo huela pero que se mantenga tranquilo,
calmado, como todo perro seguro y/o equilibrado, nunca agresivo.
Si no estamos seguros
o no nos sentimos capaces de hacer esta presentación entonces lo correcto es
llamar a un adiestrador para que nos oriente.
Es importante recordar
no dejar solo al niño con el perro, hasta que no estemos seguros de cómo
reacciona el perro. Un bebe, con los gritos, llantos, movimientos etc., es
interpretado de otra manera por el perro.
Existen historias de
perras que prácticamente asumieron a ese bebe como parte de la manada, como
seria lógico, pero se tomaron el trabajo de defenderlo contra cualquiera que se
le acerque al niño, incluso ambos padres. Obviamente aquí podremos estar seguros
que mientras la perra esté cerca, al niño nada se le podrá acercar, pero no es
algo positivo, porque es una sobre protección y la perra actúa automáticamente
y por instinto. Si tenemos un caso similar, lo común es que la perra no aparta
la vista del niño, se mantiene siempre cerca de él, y si percibe algún peligro
potencial se pondrá mas cerca del niño. Si tenemos una situación de estas en
casa lo mejor, como siempre, es recurrir a un adiestrador experimentado.
Luego, a medida que
ese niño crece, debemos enseñarle como tratar al perro.
En primer lugar
dejarle en claro que ese perro no es un juguete, explicarle que al perro no le
tiene que pegar ni tironearlo. Cuando sea capaz de entender le explicamos que
el perro también tiene sus días de buen y mal humor, cuando está en sus días
malos es preferible limitarse a darle unas caricias.
Dependiendo el tipo de
comportamiento que tenga el perro debemos supervisar siempre cuando está con el
niño. En la gran mayoría de los casos los perros y los niños se adaptan bien y
se vuelven compañeros inseparables. Los perros saben medir su fuerza, cuidan de
los niños y todo se desarrolla normalmente. Pero siempre queda ese pequeño
porcentaje de perros que no fueron educados debidamente, así que es con estos
perros con los que debemos tener cuidado y no olvidarnos que somos nosotros
quienes lo educamos, así que a no echarle la culpa al perro, para todo hay una
solución.
Si vemos que tenemos
algún problema que no sabemos o no podemos solucionar, siempre es necesario
recurrir a un adiestrador o un veterinario etólogo.
Parte VI
La
convivencia con otros perros
Suele suceder que ya
teniendo un perro en casa optamos por traer otro. Esto representa un cambio
importante, sobre todo para el perro que vivía con nosotros.
Es mucho mas fácil
introducir un perro que sea del sexo opuesto al que ya teníamos en casa, es
decir, si teníamos una hembra es preferible traer un macho y viceversa. Existe
menos rivalidad entre los sexos opuestos, y dependiendo la raza es muy poco
probable que se lleven verdaderamente mal.
Si a pesar de todo se
decide incorporar un macho y ya tenemos a un macho viviendo con nosotros
entonces hay que tener en cuenta ciertas cosas.
Debemos saber que tipo
de perro tenemos en casa, para saber medianamente como se dará la integración
entre este y el nuevo integrante.
Hay que tener en
cuenta también el grado de socialización que tiene nuestro antiguo perro.
También entra en la evaluación la edad, etc.
Es decir, evaluar a
nuestro antiguo perro para ver como se comporta con otros machos, cuan
dominante es, cuan tolerante es, etc.
Es aconsejable, si en
casa tenemos un perro dominante, traer a casa un cachorro sumiso, esto lo
podremos determinar con el test de Campbell, entre la 7ma y 10ma semana de vida
del cachorro, ni antes ni después.
El perro que ya vivía
con nosotros se considera parte del grupo y se siente integrado dentro de su
territorio, por lógica, el traer a otro perro implica la aceptación de un nuevo
integrante de la manada, una posible futura competencia por espacio, comida,
atención, etc.
Aquí influye mucho el
grado de socialización que haya tenido el perro y la raza de cada uno.
Existen razas que son
mas dominantes que otras, hablando siempre entre machos, otras quizás sean mas
territoriales, etc.
Debemos evaluar desde
el primer momento como se desarrolla esta nueva convivencia, ver como reacciona
nuestro antiguo perro, veremos incluso algún cambio en su conducta, sobre todo
con respecto al nuevo integrante.
Suponiendo que el
perro que ya vivía con nosotros sea adulto, y traemos un cachorro, no debemos
despojar de la atención a nuestro primer perro, para no confundirlos luego
entre ellos, es decir; El perro que vivía con nosotros era parte del grupo y
entendía que dentro del orden que había en la casa él se encontraba en un
determinado lugar, al llegar uno nuevo, el primer perro puede ser que trate de
ubicar al cachorro por debajo de él.
Le puede marcar los
limites, las pautas etc.
Algunos cachorros
entienden rápido el mensaje, otros no.
El tema es que
nosotros no debemos interferir en ese orden que se está estableciendo entre
ambos perros.
Los perros saben
perfectamente como dar lecciones a los cachorros. Si en casa teníamos un perro
bien educado quédense tranquilos que no hará nada que ponga seriamente en
peligro al nuevo integrante.
Al principio, y para
apaciguar un poco el cambio que se produjo con la inserción del nuevo perro,
debemos reforzar lo que es natural dentro del orden entre ellos, es decir.
Si llegamos a casa
primero le damos la atención al perro mayor, luego al cachorro.
A la hora de comer primero
come el mayor.
Si por X causa el
perro mayor reprende al cachorro nosotros no nos metemos, ellos están
estableciendo un orden natural del modo que saben hacerlo. El perro adulto
sabrá poner en su lugar al cachorro cuando haga algo indebido, y el cachorro
aprenderá que es lo que se puede o no hacer y los limites también.
Luego de que el perro
mayor entienda de que él sigue estando en su mismo lugar dentro del grupo, y
que ese nuevo integrante no vino a desplazarlo ni a competir, por el momento,
podemos reprimir ciertas conductas que tenga el perro adulto.
Si el perro adulto se
siente seguro en su lugar y no considera de momento una amenaza al nuevo
integrante las cosas son mucho mas fáciles, es por esto que nosotros, mientras
el otro perro aun es cachorro, debemos respetar el orden natural que se da
entre ellos.
Mirando siempre a los
lobos como ejemplo, los lobeznos nunca están por delante de los adultos en
nada, ni en atención, ni en alimentos, ni en territorio.
Esto mismo debemos
hacer nosotros, o sea reforzar ese orden natural sin privar obviamente de las
atenciones que requiera un cachorro.
Ya mas adelante,
cuando ese cachorro sea adulto la naturaleza se encargará de determinar si
tiene la capacidad para estar por encima de nuestro antiguo perro, o si se
mantiene el orden inicial, cuando llegue ese momento tomaremos las medidas
necesarias.
Si se trata de dos
perros del mismo sexo es siempre recomendable hablar con un adiestrador para
que eduque a los animales y las cosas sean menos complicadas en caso que en
algún momento ambos perros lleguen a rivalizar.
Esto de la convivencia
entre varios perros es algo muy relativo, existen criaderos, por ejemplo, donde
todos los perros, machos y hembras, viven sueltos y conviven todo el tiempo. Se
producen algunos roces por determinados motivos, pero en general la convivencia
se suele desarrollar sin problemas graves.
En otros en cambio
suelen haber problemas con determinados ejemplares, los cuales por varios
motivos no pueden integrarse a un grupo.
Existen machos muy
dominantes, que incluso, estando bien socializados desde pequeños no logran
aceptar otro macho en el territorio, o quizás lo hacen pero siempre queda
latente la agresión, es decir son un dolor de cabeza porque siempre hay que
estar pendientes que no pelee con los demás machos. Los casos mas difíciles son
cuando dos perros machos, ambos con altos dotes de dominancia se encuentran
viviendo juntos, dependiendo la raza es mejor evitar juntarlos, ya que por
naturaleza nunca van a dar el brazo a torcer.
Otro caso seria de que
en casa tengamos una hembra y decidimos traer otra hembra.
Las jerarquías entre
hembras es un mundo aparte, en estas casi siempre es la perra más anciana la
líder. Digamos que no es tan común como en los machos que se de una pelea, pero
el nivel de agresividad que se logra en un combate por lo general es altísimo.
En algunas razas, llámese dogo argentino, pitbull, etc., las peleas se deben
considerar a muerte, es decir, en este tipo de razas, sumando que son dos
hembras, el enfrentamiento deja como resultado la muerte de una o ambas perras,
o heridas muy graves en ambas.
Tenemos que ser igual
de precavidos con el manejo de las prioridades, al igual que con los machos,
primero come la más anciana, primero le damos atención, etc.
El problema con las
hembras es que, una perra que haya adoptado el papel de sumisa luego de una
pelea por disputa del liderazgo, esta no se quedará conforme con ese lugar. Por
lo general en las razas anteriormente mencionadas, luego de una pelea por
disputa de recursos, llámese alimento, juego, espacio, etc., las perras no pueden
volver a convivir en paz sin que se produzca un encuentro cada tanto.
Por este motivo hay
que ser mas precavidos con dos hembras en convivencia, en primer lugar porque
la pelea puede ser fatal, y en segundo porque puede ser la primera y la ultima
pelea, ya que lo mas probable es que luego tengamos que separarlas de por vida.
Esto no es algo exacto
pero se da con muchísima normalidad en algunas razas en particular.
Cuando traemos una
hembra cachorra a casa, puede ser que la hembra que ya vivía con nosotros la
adopte como si fuera suya, puede que no. De todas maneras se comportará como un
perro adulto frente a un cachorro, enseñando, retando, y dando las pautas.
Esto sin embargo no
evita que en un futuro ambas perras se peleen. Así sean madre e hija.
Parte VII
Líneas atrás decíamos
que al traer un cachorro macho, este, al convertirse en adulto puede rivalizar
con nuestro antiguo perro.
En los machos la
jerarquía se basa en la aptitud. El líder no es el más grande o el más fuerte,
como erróneamente se cree. El líder es el más apto. Apto en reproducción, en
liderazgo, en carácter, en combate, etc.
Las peleas entre
machos, a excepción de las razas potentes, son una suerte de demostración de
grandeza y poderío, es decir que suenan como si se estuvieran matando, pero en
realidad las heridas que puedan ocasionarse no son de consideración.
En las razas
‘’potentes’’ esto cambia, cualquier pelea puede ser fatal para uno de los
ejemplares.
Nosotros debemos
siempre tratar de seguir el flujo que impone la naturaleza, nunca ir en contra.
Si entre los perros se establece un orden, de dominante y sumiso, nosotros
debemos respetarlo, no debemos actuar por compasión o pena tratando de igualar
las cosas, esto solo lograría la disputa por la posición jerárquica entre ambos
perros.
Si intervenimos en una
pelea de estas que sea solo para salvaguardar la integridad de los ejemplares,
en caso que la pelea se torne demasiado violenta y uno o ambos perros se vean
seriamente comprometidos.
En las razas potentes
hacer esto no conviene porque las mordidas no son inhibidas, así que las
consecuencias son mas graves y no vale la pena utilizar este método a costa de
tener luego un par de perros en orden pero parcialmente mutilados.
Parte VIII
El
perro malo
Mucha gente suele
decir: ‘’mi perro es malo, en mi casa nadie puede entrar si el perro está
suelto, si se suelta muerde a alguien’’, o sino, ‘’mi perro con la familia es
re bueno, pero con los extraños es malísimo a todos quiere morder y no para de
ladrarles’’.
En esos casos la gente
cree que tiene en casa un perro malo, corajudo y valiente que no le tiene miedo
a nadie, bueno lamento decirles que esto no es cierto, tienen en casa a un
perro mal educado, mal socializado, y principalmente, muy cobarde.
La maldad solo la
expresa el ser humano. En el perro, esas conductas que nosotros relacionamos
con nuestra forma de ver la maldad son producto de la mala educación, de la
mala crianza, es como el perro aprendió a comportarse frente a los diferentes
estímulos.
Vamos a hablar sobre
los perros de guardia y defensa, y también sobre los perros de caza y de pelea
para enfocar este tema, ‘’del perro malo’’, desde otro lugar, si se quiere un
lugar mas practico, o mas abocado a la naturaleza del animal. Dando estos cuatro
ejemplos podremos deducir a simple vista luego cuando veamos a un perro
‘’malo’’, si efectivamente lo es o no.
-El perro de guardia:
O perro guardián es aquel que cuida y protege un determinado territorio. A mi
me gusta dividir este grupo en dos categorías, el de guardia y el perro alarma.
El perro de guardia es
aquel que debe estar en grado de actuar automáticamente o por una orden. Debe
detectar el ingreso de un intruso al territorio que está protegiendo. Debe
amedrentar al intruso, y si este no se retira entonces pasar a la fase de
ataque. Si propina un ataque debe estar en grado también de aguantar el castigo
físico propiciado por el intruso, dentro de los límites razonables obviamente.
Si no puede cumplir
todas y absolutamente todas estas tareas no puede ser considerado un perro de
guardia.
Otro caso, y aquí
entra la gran mayoría de perros a los cuales la gente les llama ‘’perro
guardián’’, es el perro alarma. Es aquel que ladra y ladra y retrocede y ladra,
gruñe, salta, y parece ser muy malo, muy agresivo, pero a la hora del
acercamiento violento, la mayoria, sale corriendo o no se acercan lo
suficiente. Estos perros tienen un buen grado de alerta pero son miedosos.
Un perro ladrador y
que parezca malo no es un perro guardián, es decir, el hecho de que veamos a un
perro ladrar detrás de una reja y se vea malísimo no lo convierte en perro
guardián. Por mas que muerda a las visitas familiares. Eso lo hace por miedo y
marcaje del territorio, es una agresión miedosa.
Un verdadero perro
guardián por naturaleza, al entrar un intruso, se queda mirando fijamente, de
frente al intruso, el cuello en alto, sacando pecho, ladrando o no, la
mirada no la aparta del intruso, no
retrocede y espera. Para darnos una idea, uno puede sentir verdadero temor y
respeto cuando se encuentra frente a un perro así, ya que no veremos un perro
agresivo, veremos un perro con una tensa calma, que quizás empiece a acortar
distancias, se lo ve muy decidido.
Cuando quieran ver si
un perro es guardián o no, imagínense a un lobo macho adulto ingresando en el
territorio de otro lobo, como reaccionaria el lobo invadido?. En primer lugar
observa a la distancia al intruso, se le despierta la curiosidad, luego decide
ir a investigar. A media distancia quizás por medio de la vista o el olfato
percibe que se trate de un macho. Aquí la actitud cambia e intentará acercarse
hasta determinada distancia para que el intruso vea que ese es su territorio.
En ese momento lo mas lógico seria que el intruso vea a un lobo grande, firme y
decidido a defender su espacio. Entonces el lobo invadido se infla, intenta
aparentar ser más grande. Quizás también emita algún sonido grave como para
indicar que el intruso no es bien recibido. Y luego, si el intruso no acata el
aviso se pasa al ataque propiamente dicho.
Lo principal para un
perro guardián es que sea un perro seguro de si mismo, esto evitará que ataque
en vano, evitará que sea indomable, evitara que sea amedrentado con facilidad
etc.
-El perro de defensa:
Es aquel que se encarga de la protección de un individuo, es un perro
adiestrado para defender a su amo y atacar con o sin orden al agresor.
Aquí poco influye el
grado de territorialidad que tenga el perro, básicamente debe ser un perro
seguro, decidido, valiente etc. Se le enseña a atacar de una forma especifica.
Al perro de defensa se le enseña a serlo, en vez al de guardia no, salvo algunas
cosas mínimas, si el perro no es guardián por naturaleza no hay mucho para
hacer.
Entonces decimos que
el perro de defensa es aquel que actúa contra un agresor y soporta incluso el
castigo por parte de este, muerde con o sin orden y debe siempre soltar la
mordida a la orden del propietario. Esto a groso modo.
-El perro de caza: Me
refiero a perros de presa, tipo dogos y molosos, usados para la caza mayor.
Son perros que van de
medianos a grandes, algunos son pesados otros no, todo depende el tipo de presa
a cazar, el terreno y la distancia a recorrer.
Refiriéndome
particularmente al dogo argentino voy a tratar de dar un enfoque bastante
objetivo a pesar del fanatismo que tengo por esta raza.
Seguramente muchas
personas no estarán de acuerdo, otros lo verán igual que yo.
Para mi el dogo es lo
mas alejado que pudo crear el hombre con respecto al antepasado del perro, el
lobo.
Es, para mi, la
Ferrari de los perros, algunos me dirán que ese lugar le corresponde a otra
raza pero, con 3 o 4 perros de cualquier raza no se puede detener un jabalí
enfurecido de casi 200 Kg. Digamos que salvo algunas diferencias, el dogo
argentino seria como un pitbull pero del doble de tamaño, manteniendo la
proporción de fuerza y resistencia. No digo que sean iguales, existen diferencias,
pero en cuanto a valentía, coraje, arrojo y fuerza son muy similares pero
bueno, todos tenemos opiniones y puntos de vista diferentes.
Decía que es lo más
lejano al lobo porque es un perro hecho para pelear hasta morir, y esta
característica solo existe en algunas razas. Esta característica va en contra
de las leyes de la naturaleza misma, que es la preservación de las especies, el
instinto de supervivencia. Además fue creado para abatir presas que lo
cuadriplican en peso, y a veces también debe combatir con presas que están por
encima de su orden dentro del reino animal, como el puma por ejemplo.
Entonces decimos que
es un perro que no debe rendirse nunca contra nada, no debe retroceder nunca,
una vez que muerde no debe soltar nunca, debe ser valiente y agresivo con la
presa, pero para que su función sea útil debe ser capaz de convivir con otros
perros inclusive del mismo sexo.
Esto hace que además
de ser un perro originalmente de combate con otros animales, es también un
perro de trabajo, un perro de jauría. Entonces no puede ser ‘’malo’’ como
decimos nosotros porque, como dijimos, el perro que vemos malo en realidad es
miedoso y el miedo es el principal inhibidor, y para un combate no se puede
sentir miedo porque obligaría al animal a huir.
Debe ser además un
perro con el cual se pueda trabajar con la jerarquización y la socialización,
que dicho sea de paso, con esta raza al igual que con algunas otras, ese
trabajo es un poco mas complicado si se quiere.
Ahora bien, tomamos
estas características: agilidad, resistencia, fuerza, valentía, coraje,
determinación, y bravura, sumado a la cuota de defensa de su territorio también
lo convierte en un excelente perro guardián, mas allá que solo la presencia en
si de este perro sea intimidatoria para cualquiera que esté en su sano juicio.
Decíamos que es un
perro de trabajo. En la época en que se utilizaba el dogo argentino para
combatir las plagas de pumas y jabalíes, aun se sigue haciendo aunque en menor
cantidad, la gente no tenía los conocimientos sobre educación canina,
adiestramiento y/o etología. Eran otras épocas y esa gente solo cumplía una
tarea más dentro de los que haceres del campo, salvaban su inversión. Sin los
conocimientos adecuados en adiestramiento y educación canina lograban tener una
jauría de perros que hoy llamamos malamente, ‘’asesinos’’, y trabajaban con
ellos, con los problemas lógicos de cualquier convivencia, sobre todo cuando se
tienen 6 o 10 o hasta 60 perros, pero sin problemas de agresividad
verdaderamente serios. Y sobre todo lograban que esa jauría trabaje junta y
diera resultados positivos, ya que no eran simples mascotas, eran herramientas
de trabajo, y lamentablemente como toda herramienta, si sirve se usa y sino se
desecha.
Entonces a estos
perros podemos llamarlos ‘’malos’’ en cuanto a la caza se refiere, son
verdaderamente unas fieras en una batalla, pero esto no tiene nada que ver con
el comportamiento habitual del animal, es decir, que sea bueno para cazar no
significa que sea agresivo con la gente. En primer lugar son perros y se
comportan como tal, funcionan de la misma manera en cuanto a aprendizaje,
socialización y educación, solo tienen un plus de carácter determinado,
valentía y fortaleza, que hacen que al momento de caer en manos inapropiadas
ocurran las tragedias que ya todos conocemos.
- Perros de pelea: En
este caso, al igual que el dogo argentino en sus inicios, ponemos como ejemplo
al más conocido hoy en día, el pitbull. Básicamente funciona de la misma manera
que el dogo en la caza, pero la diferencia es que es un perro de combate contra
otros perros. Es difícil pensar como un perro que esta hecho para pelear contra
otros perros pueda también convivir con otros ejemplares sin pelear no?.
Bien, el tema radica en
la herencia funcional. Un perro con determinada función, sea el pitbull como
perro de pelea o el dogo como perro de caza, debe seguir manteniendo esta
función para poder transmitirla de generación en generación.
Es decir, un pitbull
que venga de padres, abuelos y bisabuelos utilizados en peleas es un pitbull de
pelea verdadero por decirlo de algún modo, mantiene la carga de herencia
funcional.
En vez, un pitbull que
venga de padres no peleadores, abuelos no peleadores, y bisabuelos no
peleadores, es simplemente un perro, con ciertas características físicas que lo
‘’harían’’ apto para la pelea, pero que dista mucho de sus parientes
funcionales, por decirlo de algún modo, tiene físico de peleador pero le falta
el entrenamiento y las aptitudes psíquicas para ser un peleador de verdad.
En los perros de
trabajo lo mas difícil de mantener y transmitir es la bendita herencia
funcional. Es difícil mantener o transmitir características físicas, pero en
cuanto a función se refiere es un verdadero problema, sobre todo si esta se
perdió, es muy difícil volver a recuperarla, transmitirla y mantenerla.
Parte IX
La elección de una
raza
Llegó la hora y hemos
tomado la decisión de traer un cachorro a casa y la pregunta del millón es: por
cual raza nos decidimos?.
Es recomendable en
estos casos dejar los gustos de lado, al menos al principio, y detenerse a
pensar algunas cosas muy importantes para la elección de un perro.
Debemos saber en
primer lugar qué es lo que buscamos, qué función le vamos a dar, compañía,
guardia, defensa, caza etc.
Se parte de esa base,
luego debemos investigar sobre las diferentes razas que mas se adecuan a nuestra
necesidad.
Una vez individualizadas
debemos ver las ventajas y desventajas de esa raza con respecto a nuestros
tiempos, espacio físico, etc.
Luego, al reducir aun
mas el campo de búsqueda debemos investigar aun mas sobre esas 3 o 4 razas que
nos quedan, leer todo lo que podamos, ver que dice la gente que ya tiene esos
perros, etc.
Luego ir a un
veterinario y además, si se puede, consultarlo con un adiestrador, para que nos
orienten mejor.
De este modo podremos
elegir una raza que nos satisfaga de verdad, que cumpla nuestras expectativas y
además vamos a tener ya cierto conocimiento sobre esta así que vamos a poder
ser mejores propietarios por ende vamos a tener un perro mas feliz y esto se
traduce en un propietario mas feliz también.
Ahora bien, cualquier
raza puede convertirse en nuestro mejor amigo y compañero, pero si optamos por
tener como compañía un perro de caza, por ejemplo, debemos ser conscientes que
ese perro tiene algunas otras necesidades. Puede adaptarse perfectamente a la
vida de mascota del hogar, pero necesitaremos cubrir ciertas necesidades
naturales para que ese perro viva realmente a gusto.
Tratando de ser más
gráficos: Si nos gustan los galgos y vivimos en un departamento de 60 m2. Lo
mínimo que podríamos hacer por ese perro además de sacarlo a pasear todos los
días un buen periodo de tiempo, es llevarlo a que corra libre por algún campo
al menos un par de veces por mes.
A lo que apunto es que
no es necesario que llevemos a ese galgo a competir en carreras, pero al menos
démosle lo que tanto le gusta hacer, correr a toda velocidad, esa es su
felicidad, es su razón de existir, es para lo que fue creado. Lógicamente si le
damos una buena vida ese perro va a ser feliz, pero la felicidad absoluta la
obtendrá cuando pueda correr libremente, y créanme que en ese momento ustedes
serán también felices por completo.
Debemos tratar de no
sobre estimar las condiciones del perro ni subestimar las mismas, es decir.
Si queremos un perro
de guardia y a la vez nos gustan los labradores no podemos pretender que al
traer a casa a nuestro labrador él sea un excelente guardián. Cada raza a lo
suyo, cada perro es un mundo diferente.
Las razas caninas son
un canon de ciertas características comportamentales y físicas pero varían de
acuerdo a las probabilidades. No todos los dogos argentinos son excelentes
cazadores, no todos los pointers tienen un excelente olfato, no todos los
labradores son buenos para cobrar, no todos los dobermans son buenos
guardianes, etc.
Las razas caninas nos
dan mayores posibilidades de encontrar lo que buscamos, pero nunca nos pueden
dar la certeza al 100%. Esto cuando hablamos de aptitud y actitud de
comportamiento, sin embargo podemos afirmar que: todos los pitbulls son
fuertes, todos los galgos corren muy rápido, todos los dogos argentinos son
potentes, todos los dobermans son ágiles y etc.
Pablo Capra
Teléfono | 1530267994 |
Dirección de correo electrónico | adiestramientocaninoprofesiona@gmail.com |
Sitio web | http://www.adiestramientocaninoselva.com |
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