miércoles, 30 de abril de 2014

Cachorros en presencia de la caza 

Muy importante para observar su comportamiento y desarrollar su pasión cazadora

 

"Tom de Ruca Maylen", primera salida al campo(5 meses) Propietario Arturo Drueta
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Para todo hay que dar tiempo al tiempo. No se pueden quemar etapas y pretender que un cachorro con cinco meses cace como uno de cinco años. Es absurdo. Se dan casos de perros realmente excepcionales por su precocidad, pero son los menos.
Joven bretón en pleno campeo.(Pepe de Ruca maylén, Prop. Pablo Onsari)
Como en los humanos, niños superdotados hay muy pocos. Nuestro auxiliar todavía no conoce nada relativo a la caza, así que voy a inculcarle las condiciones necesarias para que sea útil en un principio para cazar. El éxito radicará en darle el conocimiento necesario, sin florituras inútiles. Hay que ir al grano, sin cometer errores que nos hagan perder un tiempo precioso. Es mucho más fácil retroceder que avanzar, y los malentendidos entre cazador y perro se forjan en estas primeras lecciones y contactos con la caza.

Normalmente, el problema reside en el tiempo de que disponemos, no existiendo los trucos milagrosos y ultrarrápidos con efecto inmediato sobre nuestro perro. Para ganar tiempo hay que tener cualidades pedagógicas y hacernos un esquema con un orden, sabiendo que la lógica canina y la humana no siempre coinciden. La jerarquía (quién es el jefe) hay que dejarla clara y no tratar nunca a un perro como a una persona.

Voy a poner al perro en presencia de caza, con el fin de observar su comportamiento y poder así sacar conclusiones para el desarrollo futuro de sus salidas. A la vez, irá desarrollando su pasión. Pase lo que pase, en un futuro es deseable que los primeros contactos con la caza se realicen de manera simple y en plena libertad. Al principio el nivel debe ser el elemental y en condiciones muy favorables.

La caza de granja de pequeña talla (codorniz, por ejemplo) tiene ese nivel elemental del que he hablado y, además, su manipulación es cómoda. No es del todo indispensable buscar caza salvaje en la primera salida del joven alumno. Nos arriesgamos a pasar mucho tiempo antes de que la encuentre con su olfato, y también la capacidad de defensa de las aves puede conducir fácilmente al perro a cometer una falta e inducirle a error.

Es suficiente que el perro neófito dos o tres veces encuentre perdices difíciles y no las pueda bloquear para que deduzca que la única forma de cogerlas es hacerlas volar. Cree que, por lo menos, así las verá. Pensemos lo que pensemos y sea cual sea nuestra ética de cazar, no dudemos en llevar algunas codornices de granja de buen vuelo para la primera salida a nuestro lugar de entrenamiento.

Las lecciones deben ser simples y claras. Sobre todo, la paciencia y la constancia son las que realizan los milagros. Un perro es distinto a otro perro, incluso dentro de una camada aparentemente homogénea. Nuestro tiempo de dedicación y la caza con nuestro compañero harán el resto.
Theo de Ruca maylen, primer cobro, 6 meses. Propietario Agustin Beranek.


(Texto: Fermín Mourenza / Fotos: Pepe de Ruca Maylen-Pablo Onsari)

http://www.elcotodecaza.com/reportaje/perros/cachorros-presencia-caza-140402
A los cachorros y en el tiempo de veda

Órdenes y reglas para adiestrar

Enviado por jmgarcia el Vie, 14/03/2014 - 12:24.
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Estamos en el parón cinegético, en la época de veda de la menor. Sin embargo, ahora más que nunca, nuestros perros de caza nos necesitan, y no digamos si son cachorros recién adquiridos, de ahí que ofrezcamos unas órdenes y reglas para su adiestramiento.
Desde muy joven deberá aceptar el collar y aprender a ir con la correa, pero también sin ella. La orden es “pie” o “junto” o “fus”. Elegid la palabra que queráis, pero que sea siempre la misma. Si cambiáis de orden liaréis al perro. Dadle pequeños tirones si se adelanta o si se retrasa. Tened paciencia y dad tiempo al tiempo. Si le exigís que se siente (“sit”) cuando le dais una golosina y le decís “toma” o “coge” para que la coja de vuestra mano, habréis dado un gran paso adelante, casi sin daros cuenta, en su futuro adiestramiento, pues estáis haciendo que el perro cobre.
Está claro que, a pesar de su joven edad, el cachorro debe aprender a ejecutar pronto vuestras órdenes. Si al principio os parece que le estáis castigando, no os preocupéis, ya que llegará a ser pronto un juego para él. Acostumbradlo a estar atado a una cadena durante periodos más o menos prolongados. Es muy útil.

Cuando hayan pasado unas semanas, vuestro cachorro se quedará sentado a unos metros de vosotros con tan sólo levantar una mano o dar simplemente la orden “sit”. La idea de que va a obtener un premio le lleva a cumplir la orden o comando. De la misma forma, dando un golpe en nuestro muslo, el cachorro vendrá a sentarse a nuestro costado sabiendo que va a obtener una golosina. En la educación nuestro alumno asociará trabajo con juego. El fin principal de la sociabilización no es el de adiestrar, sino el de obtener una complicidad entre cazador y perro. El hecho de emplear durante el primer año órdenes claras y precisas nos permitirá trabajar sobre unas bases sólidas en su futuro adiestramiento, bien si lo realizáis vosotros mismos, bien si lo realiza un buen profesional. No entraremos en un conflicto continuo y en una lucha constante en su adiestramiento con una buena educación de base.

De todas formas, hay tres reglas que debemos respetar teniendo en cuenta la edad de nuestro cachorro: a) lecciones cortas; b) caricias en vez de golosinas; c) no finalizar una lección con una falta del perro (el final debe ser feliz). Al abordar la educación, ¿cómo corregir?, ¿en qué momento? Como he señalado anteriormente, el educador debe tener un cierto carisma, además de conocimientos y psicología. El perro está con nosotros para aprender, para evolucionar, para llegar al máximo de sus capacidades. No es pegándole como conseguiremos que se vuelva inteligente y que logre dar lo mejor de sí.

Pongámonos en el lugar del perro durante una sesión de adiestramiento: lógicamente, todo lo que el hombre quiere enseñarle le gustará más si coincide con sus propios intereses. Partir de este principio constituye la base de una educación correcta. Por ejemplo: llamo a mi cachorro, viene y recibe algún tipo de recompensa; así percibe la noción de obedecer a la llamada como algo agradable y la próxima vez puede que incluso lo haga mejor. Es un refuerzo del adiestramiento que podemos calificar de positivo.

En otro caso, y tras un determinado número de sesiones, el alumno sabe perfectamente lo que debe hacer, sin embargo hoy le da igual. Está distraído o intenta jugármela, negándose a responder a una orden que conoce como “ven aquí”. En este caso no voy a suplicarle, sino a cogerlo y a corregirlo: levantaré un poco la voz, le tiraré de la oreja, lo cogeré por la piel de la espalda y lo menearé un poco. Vamos, que manifiesto mi autoridad mediante un acto adaptado al carácter del perro y a las actuales circunstancias. Al animal que sabe lo que hace le interesa no volver a empezar, para evitar así situaciones desagradables. Se trata de un refuerzo negativo en el adiestramiento, pero refuerzo a fin de cuentas. Es una forma de razonar y de actuar análoga a la que utilizaríamos para enseñar a un niño que no es el momento de bromear.

(Texto: Fermín Mourenza / Fotos: Ruca Maylen) Fuente: Revista digital  El coto de caza
http://www.elcotodecaza.com/reportaje/perros/ordenes-reglas-adiestrar-140314

miércoles, 16 de abril de 2014

Nuestras Lechigadas 2014

Mia x Ronnie de Ruca maylen(1/1/2014)



   Enya x Ronnie de Ruca Maylen (15/4/2014)

 

 

Pouppeé x Ronnie - 23/4/2014

 

            Lechigada  Evelynn x Ronnie 19/6/2014

                                  Lechigada Isabelle x Ronnie 5/12/2014